sábado, 2 de abril de 2011

Diario de un Sábado de fiesta


           

           Una salida de sábado noche de las de antaño suponía todo un ritual que paso a describir a continuación:

            En primer lugar, teníamos la  quedada que ya se realizaba al término del partido habitual de todos los sábados en las instalaciones del Baudilio Arce, partido futbolero que además servía para limpiar el organismo de los restos de alcohol que traíamos de la madrugada anterior. La quedada era siempre a las 23 horas o bien en el kiosco de las chucherías  (que no recuerdo como lo llamábamos) o bien en el bendito bando de reuniones –del cual hablaré largo y tendido en otro momento-
            Pues bien, una vez concretada la cita, cada uno a su casa y a esperar, si no había otro plan, a que llegara la ansiada noche. El primero que solía llegar era el Cipoto junto conmigo mismo, luego ya iba apareciendo el Cuco, el Tetu, el Gomi, el Ramonchu, el Negro, el Koeman…..que éramos el grueso del grupo de capuyos del barrio. Joder, buenos tiempo aquellos.
            Una vez juntos ya empezaba el cachondeo y el mamoneo de camino a la primera y casi obligada parada de la noche…..”el Tertulias”. Aquí éramos recibidos como auténticos héroes por la ingente cantidad de kalimotxo que éramos capaces de asimilar sin caer redondos – y eso, a pesar de la mierda de música que nos solían pinchar a no ser que la camarera aceptase los cassettes que yo siempre llevaba conmigo. Dependiendo del grado de mariconismo que lleváramos esa noche, también caían tequilas y litros de cócteles para homosexuales imbebibles en la actualidad. Aquí también teníamos otra actividad al margen de la bebida. Que cual era esa actividad? ……joder pues está claro o es que no se acuerda ni dios……….pues el pressing catch cojones!!!!!
            Cuando ya estábamos hasta los mismísimos de estar en el Tertulias tocaba irse en procesión al olimpo de los chigres…………….la cervecería Chiribi, a ver al mismísimo Chan para que nos pusiera más litros del zumo de vino y, si terciaba, unos cuantos metros de Mahous. Teniendo en cuenta que ya solíamos llegar bien cocidos a esta etapa de la noche, suponía todo un mérito seguir chumando enterándonos de lo que hacíamos. Buen rock ponían en el garito y cuantos cientos de horas nos habremos pasado aquí jugando a las cartas y bebiendo sin control…..joder que recuerdos y que tajadasssss
            Al llegar la hora de abandonar el Chiribí las opciones eran variadas puesto que a estas alturas el Mon ya pensaba en ponerse en hacer planchas en la carretera, el Koeman en cantar la internacional junto al Gominolu, el Tetu en sus leches condensadas, el Negro ya estaría en plan pesssssao, el Cuco gorroneando tabaco y, los demás simplemente con una tajada del quince jajajajajajaja.
            Haber….por donde iba…….ah si…de aquí ya casi nos bajábamos por el Rosal y era posible que hiciéramos alguna que otra parada, casi seguro que entraríamos en -creo recordar que se llamaba -la Maniega a comernos algún que otro pinchín por obra y gracia del Cipoto que siempre tenía hambre el muy marik. Aquí era facil que nos fuéramos sin pagar. De aquí  al Policia, a la Fontana o algún otro cuyo nombre no recuerdo pero que ponían unos kalimotxos de 5 litros que te quitaban el hipo.
            A estas alturas de la ya madrugada, tocaba bajar al casco antiguo -aunque no tuviéramos ni puta idea de a donde ir porque aquí ya empezaban algunos a tocar los cojones-. Era muy lógico que se hiciera una visitita al Berlín, garito que (jajajajaja) daba pena verlo pero que pinchaban un heavy metal de puta madre y algún que otro cassette de los que yo llevaba encima. También caía alguna que otra birra (si es que habia sitio para más).
            Cuando ya se acababa el Berlín ya me tocaba sufrir con los putos baretos de música comercial y de baile. Aquí el Koeman ya experimentaba una transformación y se volvía más maricón de lo que parecía . Se ponía a bailar y vaya bailes que se marcaba el muy capuyo jajajajajaja y a él se solía adherir el Gominolu que también menudo mariconazo que taba hecho Ya nos echamos buenas risas con el pollo este. Baretos como, por ejemplo, el Kapital. También podíamos visitar, entre otros, la Santa Sebe, El diario Roma, uno que estaba en la Corrada del Obispo que odiaba a muerte y no me acuerdo cual era su nombre (ni falta). Aquí no teníamos ruta fija y era de agradecer.
            Para terminar la jornada ya tocaba el mejor momento de la noche: el bocata de lomo con queso y/o bacon con queso. Esto era apoteósico y hasta parece que se me hace la boca agua pensando en ese manjar. El problema era que a esas horas de la madrugada facilmente  estabas jodido de pasta y te quedabas con las ganas de probarlo sobre todo si le pedías al Mon un pedazo porque menudo rata que estaba hecho. Te ponía el dedo en el bocata para marcar hasta donde podías morder y no se te ocurriera pasarte….que tío
            Este evento suponía el regreso a casa que se realizaba plácidamente como buenamente se podía, y si el negro no nos daba demasiado el coñazo, dadas las condiciones que solíamos tener a esas horas de la madrugada. Una vez en casa….a descansar……
            Y colorín colorado así solía trascurrir una noche de sábado en Oviedo

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