Esto son tres amigos de mi amigo Juanpe que se fueron una tarde al monte a comer setas. Al rato uno de ellos se empezó a encontrar mal, con sudores fríos y dolor de barriga.
- ¿Qué te pasa, qué te pasa? -le preguntaron sus amigos.
- Me encuentro mal. Tengo sudores fríos y me duele la barriga.
Y se fue a casa.
Un par de horas después los dos amigos que se habían quedado en el monte fueron a ver al otro, el que se había vuelto. Y lo encontraron tirado en el sillón, en bañador, blanco, con sudores fríos y agarrándose la barriga.
- Eh, tío -le preguntaron sus amigos-. ¿Por qué te has ido antes?
- Es que me encontraba fatal y he empezado a ver enanitos.
- Ja, ja, ja, ja, ja -se rieron sus amigos-. ¿Pero cómo vas a ver enanitos?
- Que sí, que sí. Y para demostrároslo me he traído uno. Está en la habitación.
Intrigados, sus amigos fueron a la habitación. Y al abrir la puerta, vieron... ¡a un niño con síndrome de down sentado en una silla, leyendo un tebeo!
Explicación: con el pedo, el pobre hombre había confundido una excursión de downs con una caravana de enanos de los montes, y se había llevado uno a casa para demostrárselo a sus colegas.
P.D: Después llamaron a la policía, que les agradeció encarecidamente haber encontrado al niño perdido de la excursión.
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