Nuevo disco de la banda teutona. A continuación os dejo la crítica especializada

De vez en cuando salen discos de heavy metal clásico que te dejan totalmente noqueado por su gran calidad, suelen ser discos de grupos o vocalistas consagrados, recuerdo la impresión que me causó el “Resurrection” de Halford allá por el año 2000, también mas recientemente el tremendo “The Inner Sanctum” de Saxon en 2007 me dio un subidón importante, algo así me ocurrió en 2010 con el retorno de Accept con nuevo vocalista Mark Tornillo, el rompedor “Blood of the Nations” partió la pana y pegando un golpe en la mesa volvieron a demostrar que son uno de los jefes, que habían vuelto y que iba en serio la cosa. El león dormido había despertado y tenía un hambre voraz.
El tema adelanto previo al lanzamiento Teutonic Terror me dejó paralizado y paratomizado (Rob Hell Patrol dixit) con su correspondiente video militar e incendiario, una demostración de poder, heavy a muerte y con olor a fija para sus futuros conciertos, un himno, vaya.
Sin duda la sangre de las naciones fue un retorno increíble, plagado de temazos (Beat the Bastards, Locked and Loaded, Bucket full of Hate, el baladón Kill the Pain o el tema título) portador de unas guitarras bestiales y con la novedosa voz de Mark Tornillo que adaptó su estilo y su tono perfectamente al combo alemán, supliendo la ausencia de Udo y aportando registros que el pequeño teutón no tenía. Tremendo retorno de cuernitis total, un disco trabajado y de alto poder, ideal para colocar junto a joyas como “Breaker”, “Restless and Wild”, “Balls to the Wall” o “Metal Heart”.
Han pasado dos años desde el hachazo metálico, el grupo ha girado con mucho éxito por todo el globo, reivindicando su puesto en lo mas alto y mostrando que junto a Judas, Maiden, Saxon, Scorpions o Black Sabbath son uno de los grandes, de los que quedarán para la historia y que han escrito con letras de oro la palabra heavy metal, gracias a sus obras inmortales y sus directos aplastantes.
Componer y entrar en estudio tras un disco tan exitoso es tarea difícil y tras escuchar unas cuantas veces “Stalingrad” puedo deciros que es un buen trabajo, pero inferior a su antecesor. Encontramos energía, velocidad, pegada y canciones cañeras, es Accept, pero no es un Accept matador como en 2010, algunos temas no son tan inspirados e incluso en ocasiones parece que se plagian a sí mismos. Tal vez sea que estamos ante el disco número trece del combo y eso les ha traido mala suerte, jeje..
De todos modos un disco bueno (que no espectacular) de Accept es mejor que el 90% de lo que sacan los grupos actuales, eso también os lo digo. Y es que la clase y las tablas son un grado y tener un hacha fuera de serie como es Wolf Hoffmann es garantía de riffs inquebrantables y punteos con sabor neoclásico de una técnica exquisita.
Antes de meterme a comentaros el disco, quisiera hablar de la portada, no esta nada mal con esas guitarras y el águila en medio, la anterior con la mano ensangrentada haciendo la uve era algo mas impactante, pero esta nueva está guapa también. La producción ha vuelto a correr a cargo de Andy Sneap y la verdad, el disco suena de maravilla.
El disco comienza muy agresivo con la rápida Hung, Drawn and Quartered con melodías marca de la casa, muy épicas, las guitarras afiladas, la batería de Schwarzamann echando humo con su doble bombo, Baltes siguiéndole el paso, cojonudo. El estribillo con coros muy Accept dan paso a un grito de Tornillo que me ha recordado al de Rob enScreaming for Vengeance, palotismo puro y duro para empezar. El punteo sienta cátedra e incluye un tramo orgásmico a partir de 3.34 a 3.55 digno de ser escuchado varias veces y es que Wolf no es grande solo en tamaño, también componiendo.
La cosa sigue muy bien con el tema título, nombre de la famosa ciudad donde tuvo lugar la batalla entre alemanes y rusos en la segunda guerra mundial, que yo sepa se han rodado un par de pelis sobre aquella cruenta lucha. Una canción cañera, con buena estructura guitarrera y coros totalmente inconfundibles (muy en onda Metal Heart, Balls to the Wall oBound to Fail). De nuevo el punteo es de aúpa, con una soberbia muestra de buen gusto de 3.55 a 4.12, con fraseados de genio cortesía de Hoffmann, desembocando en una melodía hímnica que nos deja babeando. En su puente una frase para el recuerdo “So hungry, So Cold” así se sentirían los soldados alemanes en la nieve en aquella batalla, sin duda.Estupendo tema, que será coreado en directo todos a una, posiblemente la mejor del disco.
La cosa pintaba de lujo, pero aparece en tercer lugar Hellfire que baja un poco el pistón, sin ser mal tema, tiene un riff principal muy sólido, se me hace un poco previsible y algo larga (6.07) y el estribillo no me entusiasma, lo veo mas típico. Es por temas así por los que el anterior trabajo creo que es superior, aquél no tenía apenas fisuras, en mi opinión.
El asunto mejora de nuevo con la cuarta pista, Flash To Bang Time otra pieza de heavy/power rápido, con guitarras a mil por hora, licks trepidantes por doquier y un estribillo que se te marca a fuego, con Mark desgañitándose en un agudo que tira gallumbos a tierra. Temazo desnuca cuellos y salta empastes.
Shadow Soldiers nos trae a los Accept mas ochenteros con toque épico (estilo Head Over Heels), un medio tiempo muy bien construido, en ella encontramos un buen puente que desemboca en el estribillo pegadizo con esos coros que tanto nos gustan del grupo, la guitarra viene muy cargada de emotividad y melodía, un bonito y reposado corte que hará las delicias de los seguidores mas veteranos de los teutones.
La revolución llega en sexto puesto, nos vuelven a acelerar las pulsaciones con este potente y veloz tema, buenos riffs y actitud, con unos coros que te atrapan en el desarrollo, también hay que prestar atención a los punteos, están en buena forma Herman y Wolf. Directa y adictiva, así es Revolution.
El peor tema del disco llega con Against the Word (similar a la de Lizzy Borden del “Visual Lies” en su titulo, aquella era Me Against the Word), un tema menos logrado y sin la garra deseada, que podríamos calificar un poco de relleno, junto con la siguiente Twist of Fate una lenta en la que predomina el bajo de Baltes y las acústicas, que me resulta algo sosa y falta de mala leche (mejora algo en el estribillo con esos “¡too late!” y la inclusión de un poco de guitarra eléctrica), sobre todo comparándola con el resto de pistas.
Recordando en el nombre al tema de Maiden aparece en novena posición y alegrando un poco la movida The Quick and the Dead, tema que me recuerda mucho en su riffeo a Beat the Bastards del anterior disco. No es muy espectacular, pero escuchar el doble bombo a piñón y guitarras alocadas siempre tiene su punto, ¿o no?, lo mejor la parte intermedia con mucha chicha, made in Accept, ya sabéis, hay dos clases de personas, las rápidas y las muertas.
Cerrando el disco la épica The Galley de mas de siete minutos, de tintes Running Wild, irregular tema con claros y oscuros en su desarrollo, en ella encontramos señas identificativas de los alemanes, los coros o las guitarras musculosas, pero noto cierta carencia de ideas en algunas partes instrumentales, eso sí, el tramo final con una melodía plena de belleza remata muy bien la pista y el trabajo.
Resumiendo estamos ante un notable trabajo, algo inferior a Blood of the Nations, pero con suficiente dinamita como para volar tu casa y lanzarla hasta la Luna. Tal vez si hubieran madurado un poco mas los temas estaríamos hablando de otro clásico, pero no ha sido así, hay algún relleno por desgracia, pero seguro que estará entre lo mejor de heavy metal de este 2012.
Cuatro cuernos, 7.5 Jalfords para Stalingrad y ojalá este año sí pueda verlos en directo, una de mis asignaturas pendientes.
Artículo recopilado de http://www.elportaldelmetal.com/critica/accept-stalingrad
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